La autocompasión en la crianza no se trata de ser suave o indulgente; sino de reconocer que tú, como padre o madre, eres humano. Implica reconocer tus limitaciones y aceptar que cometerás errores. Acepta tus emociones y necesidades, y recuerda que estás haciendo lo mejor que puedes con la información y las habilidades que tienes en este momento. La práctica de la autocompasión te permite responder a las situaciones de forma más equilibrada y empática, lo que a su vez promueve una relación más sana con tus hijos. Permite que tus hijos vean que es aceptable tener sentimientos y que pueden ser manejados de forma saludable. La autocompasión es esencial para crear un entorno de crianza seguro y comprensivo. En lugar de castigarte por tus errores, puedes usarlos como oportunidades de aprendizaje. Recuerda que, como padres, estás aprendiendo y creciendo junto con tus hijos. Una vez que puedas practicar la autocompasión, encontrarás que tu paciencia y tu capacidad de respuesta mejoran, y se convierte en un poderoso catalizador para un entorno de crianza más positivo y armonioso. Se trata de aceptarte a ti mismo como una persona imperfecta en evolución, y de abordar los desafíos con amabilidad y comprensión.
La escucha activa es más que solo oír palabras; se trata de involucrarse completamente con el orador, tanto verbalmente